Con sus más de 250.000 glándulas sudoríparas, es común que nuestros pies a veces sufran de mal olor. Actualmente está muy extendido que esta patología se asocie a una falta de higiene podológica, pero en realidad hay muchos otros factores que causan esta anomalía.

El mal olor se produce cuando el sudor entra en contacto con las bacterias que todos tenemos en la piel, produciendo en su descomposición amonio y ácido graso. Científicamente esta afección se conoce como Bromhidrosis, que se define como un exceso de sudoración (hiperhidrosis).

 

CAUSAS

 

Existen diferentes factores relacionados con el exceso de sudor y por lo tanto del mal olor, de los cuales, muchos de ellos no están relacionados con la falta de higiene. Algunos son:

– Hormonales. Se localiza en la adolescencia o pubertad principalmente, ya que en esta época los cambios hormonales juegan un papel muy importante (salida de vello, comienzo del periodo, acné…). Todos estos cambios vienen dados por descargas y cargas hormonales que dan lugar a desechos, los cuales se eliminan por varias vías, entre ellas por las glándulas sudoríparas de los pies.

– Alimentación. Hay ciertos tipos de comida que al degradarse dan lugar a moléculas odoríferas (causantes del mal olor) y se eliminan a través del sudor, como las especias, la cebolla o el ajo.

– Estrés y ansiedad. Estos trastornos provocan la liberación de hormonas, estimulando las glándulas del sudor.

 

– Infecciones por hongos y bacterias en los pies. Una de las patologías más comunes es el pie de atleta o tinea pedis, que afecta principalmente a deportistas o montañeros debido al exceso de humedad acumulada en el interior del calzado.

– Uso de calzado o calcetines que no dejen transpirar la piel.

– Alteraciones en el funcionamiento de las glándulas apocrinaslocalizadas principalmente en pies, axilas, genitales y pecho.

– Enfermedades metabólicas, renales o hepáticas.

– Tratamientos farmacológicos (como los antidepresivos)

– Consumo de sustancias tóxicas como el alcohol y el tabaco.

 

 

TRATAMIENTOS ¿Cómo evito que mis pies huelan mal?

 

No te preocupes, hay soluciones que pueden ayudarte a combatir estos problemas de sudoración y mal olor:

– Cuidado de la higiene del pie con un lavado diario con jabón desinfectante. Secando completamente todo el pie y siendo meticulosos especialmente entre los dedos, donde en muchas ocasiones se localiza una maceración que provoca mal olor. En tus baños, también puede añadir una cucharada de bicarbonato de sodio, ya que actúa directamente sobre las bacterias que generan el mal olor.

– Productos comerciales como talcos o spray que estén específicamente formulados e indicados para uso podológico

– Uso de chanclas en baños y vestuarios de gimnasios, con el objetivo de prevenir infecciones por hongos.

– Calcetines. Cambiarlos diariamente (incluso más si sufres de mucha sudoración) y cuyos materiales sean traspirables y de algodón o lana, evitando los materiales sintéticos.

– Calzado. Usar zapatos de material natural, como por ejemplo cuero, que permiten la transpiración. Es muy importante también airearlos cuando llegamos a casa después de haberlos llevado durante todo el día.

– Visitar al podólogo. Si este mal olor va acompañado de alguna infección o persiste en el tiempo, es recomendable acudir a un especialista para averiguar, a través de un cultivo, si es por factores bacterianos o micóticos, y determinar un diagnóstico y tratamiento adecuado.

 

 

Esther González

Podóloga de Clínica Podoactiva Premier (Madrid)
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